Breve reflexión sobre sexualidad femenina.
Cuando hablamos de la historia de la sexualidad femenina, nos encontraremos con una historia escabrosa de mucha negación, dolor y censura. Por eso ahora queremos dejar atrás esas historias de dolor para conectarnos con el placer, pero no resulta fácil, cierto? Cuando buscamos profundamente en la relación que tenemos con nuestra sexualidad, puede que nos remontemos a nuestras primeras experiencias eróticas que se desarrollaron durante nuestra infancia y pubertad, donde tenemos memorias que a veces han sido marcadas de abusos y miedos, culpa por ser mujer, miedo al embarazo, negación de la masturbación y satanización del placer femenino. Somos putas, monjas, esclavas, madres, sumisas, llevamos categorías encima de cómo deberíamos comportarnos y más encima cuestionamientos sobre nuestra sexualidad. Si hasta hace pocos años la eyaculación femenina era negada a pesar de que muchas mujeres la experimentan. Para colmo, las expectativas de la maternidad y las recriminaciones por quedar embarazadas o abortar, nos gatillaron aún más la culpa, la vergüenza, el rechazo y la baja autoestima. ¿Cómo vivir nuestra sexualidad tranquilas, con tantas cargas encima? Pues es muy probable que cuando comencemos a tocarnos, nos encontremos con memorias en la cuerpa, porque la cuerpa tiene memoria emotiva y física y revive aquello que ha dolido, lo importante es reconocerlo, mirarlo y dejarlo ir, para vivir nuevas experiencias que renueven los sentimientos hacia la sexualidad. Pero no lo niegues, está ahí para hablarte de ti, para que le des una contención y unos mimos, por eso este post es para animarte a descubrir que hay dentro de ti, aunque suene cursi, verdaderamente masturbarte es hacerte el amor, amarte locamente, como a nadie has amado y dejarte llevar por todas las emociones que aparezcan y que estén ahí gritando por salir. Deja de chillen a través de tus gemidos, deja que lloren a través de tu eyaculación, deja que mueran y se trasmuten a través de tus orgasmos!
Sobre la masturbación, los paradigmas de dolor y placer
La masturbación es un acto natural, que durante la humanidad ha estado cargada de creencias e ideas que afectan nuestros comportamientos y la forma de comprendernos como seres eróticos y sexuales.
No es hasta el siglo XX que comienzan a cambiar los paradigmas de la sexualidad que, hasta ese momento, fueron altamente cargados por lo moral y lo religioso durante la época de la edad media. Pero lo fundamental era que la experiencia de la sexualidad era considerada como algo pecaminoso, en una separación muy absurda entre el cuerpo y el espíritu, todo aquello que fuese terreno, o instintivo, no correspondía a valores admirables en este mundo, todo lo contrario. El clítoris, como órgano que sólo cumple como función el placer, era considerado un órgano bastardo que fue negado y ocultado hasta hace unas cuantas décadas. Durante los siglos XV, XVI, XVII Y XVIII, existieron objetos antimasturbatorios por ser considerado como una enfermedad mental. Objetos más cercanos a la tortura que impedían el reflejo natural de tocar nuestros genitales y liberar las tensiones. Durante el siglo XIX, aparecen nuevas visiones, aún así carentes de una experiencia emancipadora de la sexualidad, pero que permitieron reencontrarnos desde otros espacios. La novedad de resolver la histeria de las mujeres, es decir las enfermedades mentales que se somatizaban en el cuerpo, a través de la masturbación, permitió la creación de los vibradores, hermosos amigos y aliados de nuestro placer. Pero claro, siempre desde la carencia, en aquellos tiempos llamados consoladores (aín se ocupa ese nombre y si tú lo ocupas, te invito a soltarlo, porque consolarnos de nada! vienen a darnos placer, no estamos carentes de penes ni de hombres!). Todo esto propicia una sociedad basada en el control y el poder sobre los cuerpos, una dominación sobre la sexualidad muy potente que nos deja paralizados, entonces, no te sientas mal si no te sale masturbarte, si no llegas a orgasmos, es un proceso de autoconocimiento y amor que irás descubriendo de a poco. Además, todos pasamos por periodos y hay momentos en la vida en que la sexualidad se torna compleja y luego se libera, la cosa es soltarse y aceptarte a ti misma. Porque en una sociedad con afán de poder, el placer no puede gestarse de forma libre, porque libera los cuerpos y libera las emociones, sube el autoestima, te conecta con tus verdaderos deseos y revoluciona! Pues bien, eso pasó cuando volvimos a descubrir nuestra vulva y nuestro clítoris! El feminismo llegó para quedarse y liberar a todos los cuerpos orgásmicos de placer.
Relación entre Vulva y Boca
Existe una conexión entre la vagina y la garganta, así como los labios de la vulva y los labios de la boca que pocas asocia. Ahora, fijate bien, que cada vez que abras tu boca, tu vagina también estará más susceptible a abrirse. La boca es nuestra conexión con la nutrición, con lo que alimentamos nuestra cuerpa cada día pero también es nuestro vínculo de comunicación con el mundo. Es lo que nos abre a les otres, la diversión con los amigos, las carcajadas, los gritos de alegría y emoción. Te ha pasado que cuando sientes que una emoción te sobrepasa se te cierra la garganta, aparece un nudo e incluso te cuesta hablar? Pues eso mismo le pasa a tu vagina cada vez que te sientes angustiada por vivir un mal amor, por sentirte insatisfecha contigo misma, cuando te sientes asustada y estancada por tu futuro o las preocupaciones de la vida. Todo eso va generando una barrera energética en tu vagina, que luego se convierte en una barrera muscular y puedes sentirte cada vez más frigida, más seca y cerrada. Todo eso es un caldo de cultivo para las enfermedades pues los órganos sexuales se enfrían y su torrente energético disminuye. Por algo se le llama estar caliente cuando sientes deseo sexual, porque son órganos que se calientan y a mayor calor mayor deseo sexual, a mayor frío, menos deseo sexual.
Carcajadas orgásmicas
Por eso ahora, cada cierto tiempo pregúntate, cuánto placer te estás dando en el cotidiano? Que hay más, deber o placer? Cuánto te estás nutriendo? Cuantas carcajadas dejas que salgan de tu boca?
Ahora, has pensado en darle a tu vagina las mismas carcajadas que salen de tu boca cuando te ríes con amigues ? Pues la carcajada es como el orgasmo, sólo llega, solo sale. Estás harto tiempo con disposición a la risa, quizá lo estás pasando tan bien que una cosa muy graciosa te saca de ti y literalmente te desarma el cuerpo, te relaja los músculos y casi te mueres de tanto reír. Pues la eyaculación femenina viene igual, no se consigue, no es un fin, es una expresión de extasis de placer y entre más la fuerces, entre más la controles, menos llegará. La sexualidad consiste en soltar el control.
Sobre la eyaculación y la masturbación en ti misma
La eyaculación femenina es un líquido que se secreta a por las glándulas de parauretrales, encontradas a los costados de la uretra. La función, es vivir el extasis del placer. Aunque energética y emocionalmente libera nuestras aguas internas, que se relacionan con nuestras emociones, así que básicamente es como un vaciado.
1-. Así que la técnica fundamental para alcanzarla es esa, sentir que dejas salir, que expulsas y sueltas todo de ti.
2-. La estimulación más efectiva es por dentro de la vagina, encontrando el punto G, una zona esponjosa que se encuentra hacia el monte de venus, la cual se puede estimular con movimientos y consistencia.
3-. También puedes estimular por fuera, tocando tus labios y reconociendolos
4-. Contrae y relaja los músculos pélvicos, abre bien tus piernas, entre más abierta, la disposición de tu cuerpa más escuchará tu placer y se abrirá a nuevas experiencias.
4-. La clave son las tres P: persistencia, perseverancia y paciencia. Relájate y respira, exhala y bota, porque llegará solo, no lo fuerces.
5-. Siempre guiate por la respiración, el flujo energético del aire da calor al cuerpo y libera los músculos, lo que relaja y permite la eyaculación.
Como mencionamos anteriormente, la masturbación es un acto de amor y autocuidado, así que quiérete, hazte todo lo que desearías hacerte. Deséate, mírate al espejo, excítate a ti misma. Acaricia tus labios, pechos, piernas, nalgas. Descubre que zonas estimulan más tu deseo y déjate llevar hacia carcajada vaginal orgásmica, llena de fluidos y placer.
*Escrito por @catalina.caracola para @Desinhibete
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